GESTIÓN VEHÍCULOS FUERA DE USO (VFU)

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Un vehículo al final de su vida útil (VFU) es aquel vehículo que su poseedor ha desechado o tiene la intención u obligación de deshacerse de él y que, siempre que sea entregado a un centro autorizado de tratamiento (CAT) y éste expida un certificado de destrucción, se ha convertido en residuo.

Este tipo de residuos está regulado por el Real Decreto 20/2017, de 20 de diciembre, sobre la gestión de los vehículos al final de su vida útil. Sus objetivos son prevenir la generación de residuos procedentes de los VFU, regular su recogida, descontaminación y otras formas de tratamiento para mejorar la eficacia de la protección ambiental a lo largo del ciclo de vida de los vehículos. Entre otros requisitos, esta normativa obliga a los fabricantes de vehículos a tomar medidas de prevención en el proceso de fabricación, como limitar el empleo de sustancias peligrosas, diseñar y fabricar los vehículos de manera que se facilite el desmontaje, la descontaminación y la valorización o incluir materiales reciclados en la fabricación de los vehículos.

El Reglamento autonómico de residuos contempla este tipo particular de residuo en el Título V, Capítulo VIII, artículo 108.

Recuperación de materiales valiosos

Los VFU tienen un importante potencial en cuanto a la valorización y recuperación de los materiales que los componen. Si por ejemplo analizamos un Volkswagen Golf, el cual contiene:

Acero y hierro - el 62,9%.
Fluidos de motor y lubricación - el 2,3%.
Electrónica - el 0,1%.
Compuestos y artículos diversos - el 3,3%.
Polímeros - el 1,1%.
Polímeros mixtos - el 19,5%.
Otros metales no férricos - el 2,6%.
Aleaciones de aluminio - el 8,2%.
Los metales (el acero y el hierro, la electrónica, otros metales no férricos y aleaciones de aluminio) se separan; los fluidos se retiran antes de la fragmentación y, una vez triturados encontramos una gran cantidad de residuos, lo que incluye todo el residuo no metálico: vidrio, textil, goma, espuma, arena, madera y plásticos. Al menos el 50% de esta fracción contiene valioso material recuperable.

La Directiva VFU exige la separación y el reciclaje de metales, plásticos, gomas y vidrio, si bien en Tomra pensamos que la madera también debería ser recuperada. Sorprendentemente, hay una cantidad significativa de madera en esta fracción para ser rentable su recuperación mediante la tecnología Tomra.

Tras los metales, el material más atractivo para recuperar, desde el punto de vista económico, es el plástico. Todos los plásticos, incluyendo plásticos negros, deberían ser recuperados antes de que el material residual se lleve a un tratamiento finalista como el depósito controlado o se utilice como combustible.

El planteamiento alemán de ‘ciclo cerrado’

Ya son varios los países europeos que alcanzan los objetivos de reciclaje, reutilización y recuperación del 95%. En Alemania, por ejemplo, la introducción de su política de 'vertido cero' provocó el cierre de numerosos depósitos controlados. En el caso de Alemania, se ha dedicado mucho tiempo y recursos para definir un proceso que asegure que los materiales valiosos son recuperados y que la infraestructura es capaz de cumplir, sin problemas, con el objetivo del 95%